Desnuda de ti

No se qué me está pasando pero algo me está pasando... Hay algo en mí que se está deshojando como hojas de otoño al viento... como lirios de jardín deshechos. Me abraza lentamente un vacío inmenso, de expresión perdida. Te estás yendo de mi, como si yo fuera rama de tus pétalos. Quiero cobijo de tu morada, pero sin este helado témpano. No se qué gesto fruncir, porque no se qué siento, y  sólo puedo preguntarme ¿qué me está ocurriendo?...




Ira

Deja de emborracharme con odio, en todo caso, mátame, ya no lo soporto. Cuando mi piel consuma la templanza, será cuando deje de no decir nada.


Sentimientos

Heridas que cicatrizan como un recuerdo permanente
que me avise a no volver a pisar por donde duele.
Aún así nada hay que evite del tropiezo,
quien te enseña a no decir "tiempo"...
nunca dejes la solución en sus manos,
así sólo distancias sentimientos.
Mírame a los ojos,
desciframe cada gesto.
Si no crees cuando te digo que te quiero,
¿qué debo hacer para sostener tu corazón entre mis dedos?
Yo he sentido miedo cuando perdí 
las ilusiones que entregué dando de mi.
Cuando apareciste, regresaron.
De un modo más intenso,
de una forma en la que el resto de sentimientos que 
me perjudicaron atrás en el tiempo,
sólo fue una escala para valorar lo que sería esto.
Créeme cuando te acaricio,
porque lo hago sintiendo el vicio que aportas a mi tacto.
Un extraño sentimiento me recorre 
cuando conduzco por tu piel,
y muere cuando dejo de hacerlo.
Sin ti no sonrío ni duermo.
Duermo en tus manos, viajando perdida por tus besos.
Mi hogar en cada mimo que reproduces, 
haciendo al tiempo, a mi cuerpo, salado.
Sólo tengo parada para tu estación.
Cada segundo a tu lado, 
provoca que quiera más de ti, más amor.
Moriría si me arrancaras de tu pecho.
Mirarte a los ojos sin que tu sientas lo que siento
me haría daño,
porque yo sólo quiero
de este amor que se resume
en sentirme feliz comiéndome el mundo de tu mano.


Tu y yo

Pasar mi tiempo sin ti, me hace dar cuenta de que lo eres todo para mi, de que eres lo más importante que tengo, y cuando me faltas me siento sin valor, inquieta, sin razones, incompleta... me desespero porque no te tengo. Sólo tengo corazón para tus manos, ojos para tu cuerpo y amor para amarte tanto que olvidarías tus miedos. Una opción de sentirme amada, es un mundo que me devora acusada, pero cualquier crítica que aspira a quebrantar este vínculo, hace más fuerte la unión entre tu y yo.





Evadir el sentimiento con la distracción es olvidar

Todas las cosas que me dijiste a tu marcha
me dolieron en el alma...
Me prometiste 
no volver a hacerme daño jamás.
Te vistes de falso testimonio,
con los que yo antes moría
porque los cumplieras.
Y ahora escarmentada,
ya no creo en nada,
adiós a esta guerra.
Maldito corazón que se empeña
en cada caricia,
de oculta arrogancia,
se desploma en lágrimas
volviéndose piedra.
Embrujan las palabras
aprovechando las ganas 
de que un deseo de cuento sea cumplido.
Lo único que ocurre, es que la sonrisa
se convierta en un gesto infeliz y aturdido.
No existe la miel
cuando te das a la equivocación.
Se abre una profunda afección 
que no deja de doler,
hasta que dejes de pensar en el error.
Aunque parezca en tal momento
que no hay salida para un olvido,
la clave está en rehuir al corazón
en un atrevimiento de contradecirle
con la razón.


Tu misma

Todos somos incompletos sin esa pieza que complemente nuestro ser.
Es una necesidad, que se evoca en la carencia,
y suministra vida, como agua a nuestra sed.
No es tarea fácil encontrar a esa persona cómplice.
Y no sé si es más sufrido creer que para nosotros no existe,
o tenerla y temer que nos olvide.
En el amor no existe manual para expresar,
y lo que para algunos es indebido, lo toman como algo inmoral.
Y puede que sea libídine lo que para mí es mi mundo,
pero es dónde y cómo yo se amar.
Que te importe lo que tu sientes,
no lo que digan aquéllos comentarios dañinos que actúan como jueces.
Sólo es árbitro de nuestras vidas el tamaño de nuestra sonrisa.
¿Qué importa todo, cuando existe el amor?,
si vivimos intentando que todo funcione organizado, y equilibrado,
y no nos damos cuenta de que malgastamos cada segundo
queriendo que todo sea ideal,
cuando lo perfecto es diferente en cada forma de pensar.
Puede que claven rechazo en tu ser, con miradas hirientes,
pero puede que tarde o temprano, todo el daño que te producen,
de alguna forma inesperada, se devuelva.
Pues la vida siempre trama una manera.
Porque así a veces  no puedo yo evitar sentirme imperfecta o insuficiente.
Que el mundo se me escapa, y entre lágrimas, me auto-juzgo
de ser la misma idiota de siempre.
Me vengo abajo y me derrumbo.
Pero en los momentos de fracaso es cuando te das realmente cuenta
de quién te quiere de corazón, sin mirar tus complejos, tus manías, ni tu error.
Lucharé por no hacer de mi sueño, un sentimiento difunto.
Aprendes entre cada carcajada inhumana,
que la razón no se encuentra en donde hay una mayoría de pensamientos en común,
si no en la reflexión de que lo que hace feliz, vale la pena,
y que lo que merece la pena, lo eliges tu.