Todos somos incompletos sin esa pieza que complemente nuestro ser.
Es una necesidad, que se evoca en la carencia, y suministra vida,
como agua a nuestra sed.
No es tarea fácil encontrar a esa persona cómplice.
Y no se si es más sufrido creer que para nosotros no existe,
o tenerla y temer que nos olvide.
Porque los kilómetros abarrotan a las ganas de abrazar lo que
tanto echamos en falta.
Tengo realmente esperanza, de que cuando esté contigo,
te podré dar todo lo que te he ido guardando de mi cariño.
La espera es quien abastece motivos para confiar en este camino.
Porque no cualquiera es capaz de en un espacio-tiempo, guardar
lealtad de compromiso.
Sólo quien puede permitirse este dolor,
es porque ama de verdadero corazón.