Cárceles de tiempo


Todos somos incompletos sin esa pieza que complemente nuestro ser.
Es una necesidad, que se evoca en la carencia, y suministra vida, como agua a nuestra sed.
No es tarea fácil encontrar a esa persona cómplice.
Y no se si es más sufrido creer que para nosotros no existe, 
o tenerla y temer que nos olvide.
Porque los kilómetros abarrotan a las ganas de abrazar lo que tanto echamos en falta.
Esperar, es el único verbo que soluciona esta encrucijada.
Tengo realmente esperanza, de que cuando esté contigo,
te podré dar todo lo que te he ido guardando de mi cariño.
La espera es quien abastece motivos para confiar en este camino.
Porque no cualquiera es capaz de en un espacio-tiempo, guardar lealtad de compromiso.
Sólo quien puede permitirse este dolor, 
es porque ama de verdadero corazón.