Abrazarte al suelo no sirve de nada

A veces te levantas sin ganas de sonreír y mucho menos de hacer sonreír a los demás...
Te sostienes de lo invisible, de lo abstracto, 

de ilusiones que a veces no llegan a ser...
Se que he tenido mil errores, 

y que algunos aún me quedan por aprender. 
Se que detuve el tiempo en mi reloj para olvidarme de mi misma, 

que miré al frente, que al intentar un sueño, fallé...
Que estuve escondida entre sonrisas, 

que con mi destino me encorajé...
Que lloré noches a solas, 

que me mentí a misma para poder seguir.
Se que no soy perfecta y que nadie lo es...
Se que tengo sueños... y que de alguna manera... los lograré.
Porque abrazarte al suelo no sirve de nada 

y de cientos de golpes se aprende a vivir un futuro mejor.
Porque te hará bien comprender que lo que siempre estuvo a tu lado, 
nunca dejará de estar a tu alrededor.
Son las pequeñas cosas las de gran interior.
Y fugaces instantes que forman en tu mente sacándote esa sonrisa al recordar.
Darte cuenta que es eso lo que compone a la felicidad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario