Voy detrás tuya dejando a mi verdad a oscuras. De qué sirve, si este amor ya duele. De qué sirve si este amor no es ya medicina ni cura.
No sabes qué maldita sensación es la de perder la cabeza. Es morir agonizante. Y sintiéndote incomprendida, arruinas la fe que siempre quedó expectante...
Todo el mundo se suicida alguna vez con esa bala que llaman amor. Se viste de gala, pero es el magnate sicario del odio y el rencor.
Como en un reloj de arena, todo el dolor se atrapa en un mismo extremo, hasta caer la última mota y volcar de regreso. ¡Yo pararé que me haga peso!
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